
En el área de servicio de Villacastín, ambiente de lujo para un motero, -6,5º, buen espesor de nieve y un paisaje guapísimo. Hasta llegar aquí el problema mayor era que los labios se estaban estropeando a pasos agigantados, los mocos acuosos se congelaban, caían y se clavaban en los morros. Aparte de eso, una "gozada".
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